EL GENOCIDIO ARMENIO MÁS ALLÁ DE LA GEOPOLÍTICA
LOS ESTADOS UNIDOS (EEUU) HAN MANEJADO EL CONCEPTO DE GENOCIDIO ARMENIO COMO UN GARROTE QUE ESGRIMEN CONTRA TURQUÍA CADA VEZ QUE LO NECESITAN, LO HIZO REAGAN EN 1981 Y BUSH PADRE EN LA PRIMERA GUERRA DEL GOLFO, PERO AHORA BIDEN LO RETOMÓ PRODUCIENDO UN DESGARRE ESTRUCTURAL EN SUS NEXOS CON TURQUÍA UN ALIADO DE SIETE DÉCADAS EN LA OTAN, ¿QUÉ GANAN LOS EEUU CON ESTA DECISIÓN?
La difícil tarea de los estrategas del Pentágono pareciera ser la de amarrar los dos polos opuestos en la zona, los turcos y los kurdos, para poder “solucionar” sus problemas en Siria e Irak con el telón de fondo del abastecimiento petrolífero y gasífero. Primero intentan controlar el polo kurdo y por ello se da el reconocimiento del genocidio armenio, un gesto que tiene un alto impacto entre los kurdos, angustiados por las indefiniciones de la administración de Donald Trump.
El sueño neoconservador de una solución militar a la pérdida de hegemonía estadounidense, no podía sino producir una implosión: la vuelta a la economía real, el redimensionaniento de la «economía de casino», y un New Deal. El sueño era para el 2020, antes de que la correlación de fuerzas la hiciera inviable gracias a los avances en materia militar de Rusia y China. En este fracaso neoconservador, tuvo mucho que ver la aceleración de procesos que generó la pandemia del Covid-19: la apuesta era un triunfo de Donald Trump y de esa hegemonía.
El estratega militar Lyle Goldstein, profesor del Colegio Naval de Guerra de EEUU, advierte que los intereses de Rusia hoy colisionan directamente contra Washington en un patrón de suma cero en un extenso frente que va del Ártico al Báltico, a través de Bielorrusia al Donbass y a Crimea, y todo el camino abajo hasta al Cáucaso y más allá. Y exhorta a los estadounidenses a plantearse la pregunta incómoda: ¿Por qué Estados Unidos y sus aliados parecen traspasar diferentes líneas rojas rusas en tantas situaciones en forma simultánea?
Distingue en forma sobria una línea roja con Siria, obviamente diferente al concepto de línea roja referente a las potencias nucleares, como China y particularmente Rusia, lo cual es “absolutamente grave, ya que se trata de países con armamento nuclear que pueden liquidar a Estados Unidos quizá en unas cuantas horas, “aun si tenemos el consuelo de que podemos llevarnos con nosotros a nuestros adversarios en las llamas”.
Hay que tener en cuenta que la Crisis de los Misiles en Cuba sucedió hace 59 años, cuando la ex-Unión Soviética aún no contaba con su actual desarrollo nuclear-militar ni con sus hasta ahora inigualables armas hipersónicas.
Ahora, siguiendo este camino con los kurdos, el próximo paso de EEUU sería plantearles un ultimátum para que pacten una confederación Rojava-Basur con Masoud Barzani, quien fuera presidente del Kurdistán iraquí, bajo la amenaza de apoyar a Erdogan para que invada el norte de Irak para atacar las bases del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en Qandil. La meta parece ser quedarse con esa zona, turquizando Rojava o invadiéndola con exiliados árabes afines. Obviamente, por ahora, son sólo especulaciones.
Una vez logrados estos objetivos, cada uno de los cuales hieren a Erdogan para que baje la cabeza, Biden negociaría con él la reincorporación de Turquía al plan OTAN hacia Medio Oriente y Asia Central, a cambio de importantes ventajas comerciales y financieras con EEUU, que saquen a Turquía de la actual crisis económica.
El vicepresidente de la Academia de Política y Pensamiento Democrático en Kurdistán del Sur Dr. Kamiran Barwari, señaló que el objetivo es ocupar Kurdistán. “EEUU reconoció la masacre armenia pero acordaron exterminar a los kurdos”, afirmó después de la llamada telefónica entre Joe Biden y Erdogan, el Estado turco lanzó su ataque contra el sur de Kurdistán; esto no fue solo una coincidencia, y se supone que Estados Unidos dio luz verde a este ataque. Para Barwari, el pueblo kurdo se encuentra actualmente en la misma trinchera que los armenios. Debemos fortalecer la unidad política y diplomática entre los armenios, los kurdos, Grecia y el resto de los demás pueblos afectados por el Imperio Otomano.
Hay que sumar a la llamada telefónica y a la reunión que el Secretario de Estado estadounidense con las fuerzas en el sur de Kurdistán, la declaración estadounidense sobre la asignación de recompensas a quienes brinden información sobre los líderes kurdos y los ataques a Şingal y Qamishlo. Nada de esto surgió del vacío, sino que es parte de un plan. El PKK es considerado el principal obstáculo para la realización de todos estos planes, porque el PKK exige la liberación del Kurdistán.
Las fortalezas que fueron construidas en el triángulo fronterizo entre Rojava, Başûr Kurdistan y Bakur Kurdistan por la inteligencia turca y el Partido Democrático del Kurdistán deben monitorear las fronteras. La ocupación turca construirá un aeropuerto para aviones de reconocimiento en el monte Bê Xêr en Başûr Kurdistan.
Al mismo tiempo, con ese reconocimiento del Genocidio Armenio, Biden le ha dado fuerza al lobby armenio en EEUU, muy vinculado a los intereses de Washington, para tratar de influir en las próximas elecciones armenias, ofreciendo – entre otras cosas – la normalización de las relaciones con Turquía (que incluye la apertura de fronteras), el apoyo a una solución definitiva para el Alto Karabaj, y flujos de capitales y créditos para mejorar la economía armenia.
«Espero que Estados Unidos corrija su error cuanto antes. Estos pasos no ayudan a la comunidad armenia. Queremos construir una buena relación de vecindad con Armenia, pero la decisión estadounidense lo estropea», señaló, sin sonrojarse, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
TURQUÍA PATROCINÓ A AZERBAIYAN EN SU RECIENTE GUERRA CONTRA ARMENIA EN ALTO KARABAJ, LOS EEUU OBSERVARON IMPASIBLES ESTA NUEVA AGRESIÓN CONTRA EL PUEBLO ARMENIO, ESTO OBLIGA A ARMENIA A MEJORAR SUS ALIANZAS PARA DEFENDERSE, ¿OTRA VEZ CON RUSIA COMO EN 1915?, ¿O CON LA OTAN?
Mario Nalpatian, miembro del Consejo Nacional Armenio Mundial, consejero del Canciller de Armenia y vicepresidente de la Internacional Socialista, se refirió al presente de Artsaj (Nagorno Karabaj) luego de la guerra: “Estamos abrumados ante la situación que le toca vivir a la población de este territorio. En la actualidad cuatro quintos de la República de Artsaj están ocupados por Azerbaiyán”.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, amenazó nuevamente con invadir Armenia (en el canal estatal AzTV, el 20 de abril). Se refirió a lo que llama “el corredor de Zangezur”, repitiendo la política de considerar que Armenia es un territorio azerbaiyano. De acuerdo con el acuerdo tripartito por el fin de la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj), se construirá un “corredor de transporte” que conecte a Azerbaiyán con Najicheván por el territorio armenio de Meghri, que Aliyev considera azerbaiyano, y lo bautizó Zangezur.
“Implementaremos el corredor Zangezur, lo quiera o no Armenia. Si quiere lo solucionaremos fácil, y si no quiere lo resolveremos por la fuerza (…) “Como dije antes y durante la guerra, o renuncian voluntariamente a nuestra tierra o los desalojaremos por la fuerza”, afirmó.
Existe una indiferencia ante la suerte del pueblo armenio y, en particular de Artsaj (Alto Karabaj): de hecho el acuerdo tripartito Rusia-Azerbeiyan-Armenia recientemente firmado amplía a Artsaj la protección rusa hasta ahora otorgada sólo al territorio armenio que no estaba en disputa.
Hay una preeminencia de los intereses de la “comunidad de negocios” armenia-EEUU, por encima de los intereses de la diáspora armenia y de Armenia como tal, y de los intereses geopolíticos estadounidenses utilizando a Armenia y a la diáspora armenia como peón de juego anti-ruso, estrategia similar a la aplicada en Ucrania tratando de enemistar pueblos tradicional y culturalmente unidos.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, anunció su renuncia el 25 de abril, luego de comunicar que se realizarán elecciones anticipadas el próximo 20 de junio.
El 27 de septiembre de 2020, Azerbaiyán y Turquía lanzaron una guerra contra Armenia y Artsaj (Nagorno Karabaj). Durante los 44 días de conflicto, el gobierno de Pashinian tuvo un apoyo absoluto por parte de la sociedad armenia, pero su liderazgo y decisiones fueron ampliamente criticadas cuando terminó la guerra: por ocultar información a la sociedad, tomar decisiones sin consultar al Parlamento o al Presidente y por las estrategias militares adoptadas.
Pashinian firmó el 9 de noviembre de 2020 un acuerdo trilateral de cese de fuego con los Presidentes de Azerbaiyán y Rusia, Ilham Aliyev y Vladimir Putin, que puso fin a la guerra. La capitulación armenia, decidida únicamente por Pashinian, estableció pérdidas territoriales de la República de Artsaj y de los territorios controlados por ella, así como la disposición de tropas de paz rusas en toda la región y la imprecisa promesa de apertura de las rutas de transporte, entre las que se encuentran la construcción de un corredor en la región de Meghri, dentro del territorio de Armenia, para que Azerbaiyán tenga conexión directa con la región de Najicheván y con Turquía.
El 25 de febrero, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Armenia exigió la renuncia de Pashinian, quien denunció que se trataba de un “golpe de Estado”, al igual que los Presidentes de Turquía y Azerbaiyán. Asimismo, Pashinian había descalificado el armamento de Rusia utilizado en la guerra, aunque tuvo que desdecirse luego.
Los recientes acontecimientos evidencian las lacras de corrupción que afectaron hasta a las Fuerzas Armadas (carencia de municiones, defensas mal construidas por robo de materiales, uso de técnicas anticuadas por falta de actualización tecnológica a pesar de tener Armenia cuadros militares del nivel de los turcos, enriquecimiento de los generales).
Desde luego, los rusos también juegan. Pero el problema viene siendo que la estrategia agresiva de Biden los mantiene a la defensiva, en modo «protección de daños». Producto del estancamiento económico, concentración de riqueza, corrupción y baja movilidad social, el malestar está creciendo en Rusia, con protestas callejeras que la oposición penetrada por los estadounidenses trata de manipular.
Suma Rusia un bajo crecimiento del PIB desde hace varios años, tendencias demográficas negativas, alta migración interna hacia el eje europeo de la Federación Rusa y despoblamiento del poco poblado eje asiático, concentración de la economía en grandes colosos de minería e hidrocarburos de oligarcas privados y en grandes colosos estatales en manos de altos burócratas, con mantenimiento sostenido de la tendencia a la concentración de la renta.
Washington conoce perfectamente esta realidad y apunta a propiciar el estancamiento y el malestar, siendo su objetivo la balcanización de Rusia. Putin ha podido parar el fenómeno a nivel militar, sobre todo con la hábil contraofensiva en el Medio Oriente, el redimensionaniento y modernización de sus Fuerzas Armadas y la alianza con China que le permite no depender solamente del mercado europeo, cada día más controlado por EEUU.
El estratega Goldstein, que conoce el tema y también sus consecuencias, concluye que una noción de sentido común de paz, y la genuina supervivencia para el siglo XXI debe incorporar límites y, en forma crucial, los principios de realismo y moderación cuando no debemos tocar las líneas rojas de otras superpotencias nucleares en forma cotidiana.
Lamentablemente, la aplastante mayoría de los mandatarios de los 193 países de la ONU, con la notable excepción de los nueve países atómicos, carecen de cultura nuclear y, peor aún, ignoran sus graves consecuencias y su ignorancia tiende a jalar a las nueve potencias nucleares a una destrucción planetaria.
EL PREDECESOR DEL ACTUAL RÉGIMEN TURCO, EL IMPERIO OTOMANO MASACRÓ A 1,5 MILLONES DE ARMENIOS ENTRE 1915 Y 1918, DESPLAZÁNDOLOS DE SUS TERRITORIOS ANCESTRALES, GENOCIDIO EN EL QUE PARTICIPARON ALGUNOS GRUPOS DE KURDOS QUE TAMBIÉN MORABAN ALLÍ, ¿ES POSIBLE CONCILIAR QUE ESTOS TRES PUEBLOS CONVIVAN EN UN MISMO TERRITORIO?
Hay que comprender la composición étnico, cultural y religiosa -los armenios son el primer pueblo cristiano de la historia, rodeado de musulmanes- de los distintos pueblos que cohabitaron (pacíficamente o no) en la región caucásica durante siglos, zona que soportó numerosas invasiones, comenzando con los mongoles en el siglo XIII.
Los juegos geopolíticos tienen sus antecedentes alemanes, franceses, ingleses –e incluso estadounidenses- durante la primera mitad del siglo XX, y fueron ampliamente debatidos en la reunión de la Segunda Internacional en Baku a finales de la Primera Guerra Mundial, con presencia de Stalin, entre otros.
Numerosos armenios vivían en localidades consideradas hoy kurdas. Es el caso de Diyarbakir, Van, Bitlis y Mus antes del genocidio, puesto que no eran una minoría. Ellos representaban solo uno de los muchos grupos que habitaban en estas llanuras y montañas junto a los asirios, los árabes y los kurdos.
Antes del Genocidio y durante él, el Imperio Otomano propulsó la enemistad entre kurdos y armenios conquistando la voluntad de los primeros mediante la autorización para imponer impuestos –gabelas- a los armenios habitantes de las zonas en las cuales las tribus kurdas –con el consentimiento del régimen y en colaboración con él- aplicaban impuestos a entero beneficio de los jefes tribales junto con el permiso para confiscar, robar y capturar víctimas.
Además, los kurdos formaban parte de la caballería del ejército otomano y eran casi un cuerpo de élite. Estos factores previos al Genocidio junto con la promesa de que se podrían adueñar de propiedades que dejaran los armenios facilitaron la incursión de las bandas kurdas y el odio entre ellos y los armenios.
Esa situación varió, y los kurdos comenzaron a vivir en carne propia el ataque otomano. Dentro de Turquía constituyen hoy día la principal fuerza de oposición y denuncia, y le dan voz, entre otros a los armenios, -Garo Paylan por ejemplo- y a buena parte de las fuerzas populares. Y cabe mencionar – desde el punto de vista de la inclusión- su tesis de transformar a la actual república turca en una federación de pueblos originarios, como podría ser el ejemplo de Bolivia.
Sobre el papel de los kurdos en el Genocidio Armenio, en 2014 el periodista Irfan Aktan en declaraciones a la plataforma armenio-turca Repair escribió: “Las razones de la participación kurda en las masacres merecen ser estudiadas. Me parece que la orientación, poco después del Genocidio, de la persecución estatal contra los kurdos ha jugado allí un papel. En el proceso de participación de estos en el Genocidio armenio, fueron determinantes dos factores: el miedo y la prosperidad. Los kurdos fueron convencidos por el Gobierno de Estambul que los armenios iban a crear su Estado y que éste iba a oprimirles a ellos. Se les anunció también que el “botín” que quedaría después de la deportación de los armenios sería compartido con ellos. Sin embargo, justo después del genocidio, los kurdos conocieron, a su vez, la persecución del Estado turco”.
MÁS ALLÁ DE LOS JUEGOS GEOPOLÍTICOS DE LAS POTENCIAS, ¿HABRÁ JUSTICIA PARA EL PUEBLO ARMENIO?
Talaat Pasha fue uno de los tres oficiales que lideró a los Jóvenes Turcos en los últimos días del Imperio Otomano y el jefe organizador del Genocidio Armenio. Huyó a Berlín mientras los aliados se dirigían a la victoria en la Primera Guerra Mundial. Los tribunales militares en la ocupada Constantinopla en los años 1919 y 1920 lo sentenciaron a muerte a él y a otros altos oficiales in abstentia por sus participaciones en los espantosos crímenes cometidos. Pero las sentencias no fueron llevadas a cabo por esas cortes, el movimiento revolucionario liderado por Mustafa Kemal sobrepasó los procesos, y los poderes de occidente llegaron a sus propios acuerdos con el nuevo Gobierno turco, con base en Ankara.
Pero la Federación Revolucionaria Armenia (Tashnaktsutiún) había decidido no permitir que se olvidara el Genocidio y que los responsables siguieran libres. El Comité Central de la FRA montó, con sus cuadros estudiantiles y jóvenes, la Operación Némesis, que monitoreó la ubicación de los oficiales turcos de alto mando responsables de la masacre, que habían sido sentenciados a muerte por el tribunal revolucionario.
Uno de los ajusticiamientos de mayor alcance y sin duda montado para que fuera sensacionalista fue el de Talaat Pasha, quien fue muerto a plena luz del día en Berlín el 15 de marzo de 1921, por el joven Soghomón Tehlirian, quien había perdido a toda su familia en el genocidio. Tehlirian ganó experiencia en lucha y entrenamiento antes de estar involucrado en las ejecuciones. Llegó a Alemania, buscó alojamiento por donde Talaat Pasha estaba residiendo en Berlín, y, luego de una serie de investigaciones, llevó a cabo su misión, acompañado por un grupo de seis jóvenes estudiantes armenios.
Parte del plan era, precisamente, ser capturado, tener un juicio y generar una cobertura mediática de él, con el fin de echar luz sobre las realidades del Genocidio que estaban siendo lenta pero efectivamente dejadas a un lado por ambos bandos contendientes en la primera Guerra Mundial, en especial Alemania, donde las noticias acerca de dichas masacres en países aliados (como Turquía) no habían sido libremente reportadas durante la guerra.
Tehlirian tuvo su juicio que, a su vez, tuvo gran repercusión en la prensa mundial de aquellos años iniciales del siglo XX, y fue declarado inocente. No hubo negación, ninguna pregunta respecto de quién mató a quién y cómo. Tal como lo había planificado la FRA, el caso proveyó de un fuerte sentido de reivindicación para los armenios que ya estaban dispersos alrededor del mundo: por primera vez en la historia, se reconocía que los turcos cometieron Genocidio. Tarea cumplida.
Claro, aquellos jóvenes del FRA, revolucionarios, nada tienen que ver con los dirigentes actuales del Tashnaktsutiún, más interesados en los negocios que en la justicia. Y en seguir las líneas de Washington, con Trump o con Biden.
Tehlirian vivió luego en Serbia, antes de mudarse finalmente a California, donde murió en 1960. Los restos de Talaat Pasha fueron trasladados de la Alemania Nazi a Estambul en 1943, enterrado con todos los honores en un monumento que continúa en pie. Otro de los jóvenes revolucionarios, Aram Ierganian, también héroe nacional armenio, participó en el ajusticiamiento de los genocidas turcos Behaeddin Sakir y Fatali Khan Khoyski. Falleció en el exilio, en 1934, en la ciudad argentina de Córdoba. En su homenaje, mi padre, dirigente del FRA y uno de los (entonces) jóvenes que participó en la Operación Némesis, decidió que su segundo hijo llevara su nombre.