Lo ocurrido el pasado 14 de febrero en el Colegio Douglas de la Florida, Estados Unidos, donde Nicolás Cruz, un ex-estudiante de 19 año
[Jorge Castro Mejía]
Lo ocurrido el pasado 14 de febrero en el Colegio Douglas de la Florida, Estados Unidos, donde Nicolás Cruz, un ex-estudiante de 19 años, expulsado el año pasado y huérfano de madre desde noviembre de 2017, cometiera la masacre de 17 alumnos y 31 heridos, cuando penetró al colegio con un fusil R-15 y atacó a los alumnos de 6 aulas diferentes, por espacio de una hora, para luego salir tranquilamente. Fue capturado en una heladería y llevado ante las autoridades judiciales; sin averiguar las causas que tuvo este psicópata suelto y ¿Si amerita un diagnóstico y tratamiento antes de ser juzgado?
Nadie lleva un cartel que rece: “Soy psicópata”; cuando los neurocientíficos y psicólogos han demostrado que entre el 1,5 y el 2 por ciento de toda población son psicópatas,que implica no tener conciencia del sufrimiento de los demás o gozar con él. Lou Marinof en en su libro “Más Platón menos Prozac”, dice que el 80 por ciento de la población de los EEUU es farmaco-dependiente. Además, el impacto de la tecnología con los vídeo juegos violentos y la TV; la venta legal y sin restricciones de armas de todo calibre, configuran las bases para ser el país más belicoso y violento del mundo, un peligro para la humanidad.
La crisis civilizatoria del mundo es esencialmente por el modelo neoliberal y consumista, en su afán de acumular capital por las multinacionales y el extractivismo desmesurado, de saquear recursos de la naturaleza sin analizar las consecuencias ecológicas y ambientales del planeta, al colmo de negar el calentamiento global por el mismo presidente Donald Trump. Cuando son los EEUU quienes consumen el 25 por ciento de los combustibles fósiles -carbón, gas natural y petróleo-, con lo que son el segundo victimario ecológico, después de China; y son el país que mayor huella ecológica deja: 6 hectáreas por persona, siendo lo normal 1,8 hectáreas por persona.
La crisis es compleja y profunda, estructural, ¿Estamos estancados o retrocediendo como especie? Al no sabernos ubicar en la realidad para transformarla estamos hace siglos dando vueltas como un “corcho en un remolino”.
También, está la crisis de los sistemas de formación humana que desde hace 180 años no han cambiado, con una pedagogía cuya base fundamental es ser excluyente, homogénica, cerrada, discriminatoria, inflexible, donde el conocimiento está dado y el alumno recibe. Se están generando profundos debates teóricos y prácticas de los cambios que se necesitan, para generar otra forma de educar y hacer escuela; mediante el ordenamiento de los cuatro conocimientos que hoy tenemos: emocionales, prácticos, científico-técnicos e intuitivos, como lo señala Boaventura de Sousa, en una “la ecología de los saberes”; donde la responsabilidad de la formación la tenemos todos/as, no solo las instituciones educativas, ni solo los Estados, sino la sociedad y la familia. Donde la certificación del alumno es importante, pero lo determinante es ser útil a la sociedad, al saber transformar la realidad para el disfrute colectivo.
Así que no es en la Universidad de Harvard en EEUU, o en la de Oxford en Inglaterra donde se educan las élites para gobernar al resto de países neocoloniales a quienes consideran “atrasados e ignorantes y a quienes hay que domesticar”; esa visión es el semillero de la rebeldía y resistencia de los pueblos que hoy luchamos por la paz, la defensa de los derechos fundamentales y la justicia social.
No nos extraña que a los gobernantes de EEUU, poco les importe que allá hayan 30 muertos diarios a causa del consumo de narcóticos y continúe siendo el país mas consumidor; pero si se alarman que otros 48 mueran por causa de armas de fuego. En los primeros 45 días de 2018, han muerto 1.820 personas por armas de fuego, de los cuales bastantes murieron en 12 masacres, como la presentada el pasado miércoles 14 de febrero.
De los 320 millones de ciudadanos, 45 millones son latinos inmigrantes, 12 millones de los cuales son ilegales, sin documentación y son la fuerza de trabajo de los “nuevos esclavos” del imperio, para el aseo de calles, lavar platos en restaurantes, sacar a pasear a las mascotas, cuidar a ancianos, etc; son las personas más discriminadas y tratadas como esclavos ilegales; en el supuesto paraíso del imperio del norte. Un imperio que privatizó las cárceles y las convirtió en grandes negocios; actualmente es el país donde hay más prisioneros -2 millones de personas-, en la peores situaciones de indignidad; casi 50 mil de ellos en la lista de condenados a pena de muerte. Un senador demócrata al analizar estas cifras, dijo: “somos un país mal deseado por los demás, no por ser amantes de la libertad, ni defensores de los DDHH; sino por belicosos, injerencistas y violación a su soberanía”.
Eduardo Punset en “Excusas para no pensar”, 2011, afirma que “No hay bestia mayor ni más feroz que el Estado que hemos creado entre todos… el Estado y el ciudadano no son iguales ante la ley, y lo peor que le puede ocurrir a uno es tener al Estado en contra”; como hoy lo sufren los movimientos sociales y la insurgencia en Colombia, donde el Estado es la principal causa de muerte, en medio de un supuesto tránsito a la paz.
Nuestros ancestros nómadas no necesitaron del Estado. Quizá hoy muchos son los que luchamos por ser autónomos y soberanos como los pueblos originarios, con su propio territorio y gobierno; como el ejemplo emblemático de la comunidad de Marinaleda en Sevilla, España, una población de 50 mil personas que llevan más de 22 años gestionando su propio territorio y soberanía; hoy son una comunidad modelo para el mundo, donde no hay funcionarios públicos, son sus propios líderes junto a su comunidad quienes se autogobiernan y administran sus recursos. Estamos en esa búsqueda de encontrar el mundo posible para las mayorías humildes del planeta.
Los EEUU son el país mas endeudado del mundo, son 20 billones de dólares que adeudan a sus adversarios políticos: China, Rusia y Japón. La crisis financiera de 2008 de la banca estadounidense fue pagada por los contribuyentes. Sin embargo, lastimosamente nuestros gobernantes de turno, la burguesía dominante, las 40 familias que se han sostenido en el poder durante más de 200 años en guerra, siguen mirando al norte como su modelo de vida; afortunadamente eso no lo piensa la mayoría del país, lo que constituye una de las causas del conflicto social y armado que vivimos.