Comandante Nicolás Rodríguez Bautista
Este 7 de enero el Ejército de Liberación Nacional conmemora el 55 aniversario de su aparición pública, realizada con la toma del municipio de Simacota en la Provincia Comunera de Santander, acción dirigida con maestría por el entonces máximo Comandante Fabio Vásquez Castaño.
Fabio contaba 84 años cuando falleció en Cuba, el pasado 10 de Diciembre de 2019, producto de una grave afección cardiaca.
Él nació en un hogar humilde en el municipio de Pijao, Departamento del Quindío, cuando apenas tenía uso de razón vivió el impacto del desplazamiento de su familia, y años después el asesinato de su padre Manuel Antonio, un humilde campesino Liberal.
Marcaron su destino el torbellino de la violencia liberal conservadora (1946-1957) y la década de los años 60 con el despertar revolucionario en el continente.
Para que su familia de 9 hermanos sobreviviera empezó a trabajar desde muy joven, y estudio en la escuela primaria y parte de la secundaria en jornadas nocturnas.
Al finalizar con éxito un curso de contabilidad trabajó como cajero de un banco de Pereira y luego en Bogotá, donde sus estrechas relaciones con el movimiento estudiantil a través de su hermano Manuel fueron moldeando sus convicciones revolucionarias, motivación que lo llevó a Cuba en 1962, en busca de capacitación para iniciar la lucha guerrillera en Colombia, a donde regresó a comienzos de 1963 para retomar los contactos revolucionarios hechos por su hermano Manuel, a través de núcleos clandestinos en Bogotá, Bucaramanga y Barrancabermeja.
Conformación del Grupo Fundador
Fabio junto a 4 compañeros que quedaron de la Brigada José Antonio Galán creada en Cuba, más otros compañeros del movimiento estudiantil, trabajadores petroleros, y un grupo selecto de jóvenes campesinos, creó el núcleo que dio origen al ELN.
Muy de la mano de su hermano Manuel, escogieron la región de San Vicente de Chucurí en Santander, para entrenar y cualificar el primer núcleo guerrillero.
Con mística revolucionaria, disciplina y sigilo durante un año crearon la base social y de organización clandestina, que generó las condiciones para que el 4 de julio de 1964, la Primera Columna compuesta por 16 guerrilleros, emprendiera la marcha al cerro de los Andes; sin dinero, sin armamento, con tan sólo unas cuantas escopetas de cacería y una voluntad inquebrantable, que sería una de sus más grandes fortalezas.
El campo popular en Colombia efervecía con el ejemplo de Cuba, lo que se sumaba a la larga trayectoria que tenía San Vicente como base de funcionamiento de las Guerrillas Liberales Gaitanistas; todo confluía a que la lucha no sería entre liberales y conservadores, sino revolucionaria; ambiente reforzado por la integración de líderes provenientes del movimiento estudiantil, los trabajadores petroleros, y del campesinado luchador por la tenencia de la tierra.
Para seleccionar a los guerrilleros fundadores, Fabio exigió “ser buen hijo, buen vecino y buen trabajador”; él consideró que sobre esta base era posible cimentar valores para un auténtico revolucionario.
El libro Guerra de guerrillas del Che fue la base para definir que es ser buen guerrillero: “La guerrilla es vanguardia armada, disciplinada y políticamente consciente del pueblo trabajador”.
La Primera Acción Guerrillera
Los seis meses que siguieron a la Primera Marcha fueron de férreos entrenamientos que templaron la voluntad de lucha, incentivaron los deseos del combate y generaron el compromiso en la consigna escogida de Ni Un Paso Atrás Liberación o Muerte (NUPALOM).
Desarrollamos una relación estrecha de educación política y motivación para la lucha de los pobladores de la zona, así como una dinámica de servicio a ellos, que generó lazos irrompibles y fuertes lealtades entre los pobladores y la guerrilla.
Sin ninguna duda el liderazgo de Fabio como principal Comandante, nunca estuvo en discusión y fue claro su ejemplo de trabajo, disciplina y esfuerzos por la formación política e ideológica del grupo fundacional.
Lo anterior se demuestra en que 15 de los 16 fundadores, más otros 9 compañeros participamos en la Toma de Simacota. El Comandante Fabio fue el principal conductor de toda esta operación, durante la aproximación, desarrollo y retirada, conducidas con genial capacidad político-militar. Tras cumplir nuestros objetivos retornamos a la zona inicial, con la aspiración de extender nuestra presencia hacia todo el país.
Cargó el Peso del Arranque
Los 10 años de actividad guerrillera que siguieron tuvieron pruebas muy difíciles, como la muerte en combate del líder popular y guerrillero sacerdote Camilo Torres Restrepo, luego de la cual las clases dominantes decretaron “la desaparición del ELN”.
En 1973 en la Operación Anorí el ELN sufrió golpes muy fuertes, entre ellos el aniquilamiento de su columna guerrillera más numerosa, y la dolorosa pérdida de los Comandantes Manuel y Antonio Vásquez; sin embargo, estos duros golpes también los superamos con creces, porque de nuevo el ELN venció retos y dificultades que parecían insalvables.
La dimensión histórica y política del Comandante Fabio requiere la ubicación objetiva del contexto histórico en que él actuó, lo que ayuda a comprender la grandeza del aporte al ELN y a la lucha guerrillera colombiana; en ese contexto se pueden entender mejor sus errores e