Para garantizar una mínima educación, y digo mínima porque pocos alcanzan hacer la primaria o el bachillerato, es necesario llevarlos a cabeceras municipales, de resto encontramos por ahí escuelitas pero no hay un colegio. A la región no le alcanzan a nombrar el ochenta por ciento de los maestros que necesita.
Entrevista del Sistema Informativo Patria Libre (SINPAL) a Elkin, campesino de la región del Sur de Bolívar.
SINPAL: ¿Cómo, el Sur de Bolívar, siendo uno de los territorios con más riquezas minerales y naturales de Colombia es a la vez, uno de los que más sufre la pobreza y exclusión?
ELKIN: En Colombia los territorios más ricos del país presentan los mayores conflictos. La raíz de esto es el abandono estatal, como pasa en el Sur de Bolívar, donde hay mucha riqueza en recursos naturales.
Allá se encuentra plata, cobre y un sin número de metales, pero lo grueso es el oro y en segundo lugar la plata. Eso es lo que se extrae, pues no hay la tecnología para explotar los otros minerales. Sin embargo el abandono estatal es evidente, hoy podemos ver que lo que existe en términos de derechos es porque la gente lo ha hecho, lo ha peleado, o lo ha ganado.
Para garantizar una mínima educación, y digo mínima porque pocos alcanzan hacer la primaria o el bachillerato, es necesario llevarlos a cabeceras municipales, de resto encontramos por ahí escuelitas pero no hay un colegio. A la región no le alcanzan a nombrar el ochenta por ciento de los maestros que necesita.
Si hablamos de salud, es una región donde ningún hospital alcanza el primer nivel. Son hospitales que no garantizan atención a las comunidades, los enfermos se tienen que llevar a Bucaramanga, Guajira o Cesar, porque acá no hay hospitales. Igual hay corregimientos donde no hay promotores de salud, a pesar que las comunidades han construido la infraestructura. Eso son problemáticas que van generando toda una crisis en el territorio.
A esto súmele todo lo que tiene que ver con agua potable. Uno no puede creer que el Sur de Bolívar con tanta riqueza de agua, sea una región donde ningún municipio tenga agua potable. Sin embargo sus cuencas y ríos si han sido contaminados con la minería de retro excavadoras; lo que no daña el pequeño minero en veinte años, lo daña la retro en un año. También se contamina el agua con las fumigaciones de glifosato.
También vemos que las vías que existen son trochas, las han hecho las comunidades, pues se han opuesto a las grandes troncales, que como decimos son vías para la muerte. Por eso construimos nosotros vías para la vida, que son vías terciarias, entonces no hay interés del Estado para invertir en ellas.
La violación de DDHH y el desplazamiento no solamente se dan cuando hay un conflicto armado, o cuando hay amenazas. En la región tenemos mucha comunidad desplazada por el tema de la educación o desplazada por otras necesidades que debería estar supliendo el Gobierno.
SINPAL: ¿Cuál ha sido la alternativa de las comunidades a estas problemáticas?
ELKIN: La agricultura al campesino no le garantiza posibilidades de tener ganancias. Es una región donde vemos cómo la gente ha tenido que recurrir a la economía extractiva de la minería, que no es propia de la cultura de la región y se llegó ahí porque no había otra forma de sobrevivir en el territorio.
Esa pequeña minería o economía extractiva del oro, genera mínimos ingresos que han permitido a las comunidades hoy tener lo poquito que tienen. Por eso la llamamos minería de sobrevivencia, minería para la vida. La pequeña minería ha servido de cierta forma, para que las comunidades acaben con el tema de los cultivos ilícitos, en el caso de la coca.
SINPAL: ¿Que problemas ha traído a las comunidades la minería?
ELKIN: No podemos negar que la minería contamina. En lo posible hemos avanzado, desde las comunidades, buscando alternativas de forma artesanal, para minimizar el impacto ambiental. Ya minimizamos el uso del mercurio y cianuro, los trabajos son más tecnificados y no tenemos hacer tanto hueco.
Encontramos que las multinacionales han querido este territorio para hacer gran minería, y si hablamos de la contaminación, hay una gran diferencia entre la pequeña y la gran minería.
Pero no solo eso. Hoy nos llama la atención los cultivos de palma, que han secado playones, humedales y ciénagas. Parece que se hacen para desplazar a la gente, porque precisamente eso está concesionado para minería o para la sísmica del petróleo. Por eso creemos que es una estrategia. La canalización del río Magdalena no es para que le sirva a la gente, sino para terminar de secar la ciénaga y los playones con búfalos y murallas para seguir sembrando palma.
Otro problema hoy es que todo este territorio, donde el minero lleva años trabajando la pequeña minería, aparece con propietarios externos, o concesionado a multinacionales. Existen territorios concesionados cien por ciento, que hacen que el pequeño minero, según las multinacionales y el gobierno, no trabaje en su mina, sino en la mina de las multinacionales.
SINPAL: ¿Qué ha hecho el Gobierno frente a estas problemáticas? ¿Qué exigencias ha puesto para continuar la pequeña minería?
ELKIN: A las poquitas concesiones de títulos que tienen los pequeños mineros, se les están exigiendo las mismas condiciones legales, que pide el gobierno a la gran minería. El gobierno saca una ley para fiscalizar los títulos y ve