En este año 2020, los pueblos continuarán en lucha y movilización. El Paro Nacional en Colombia reinicia y se anuncian nuevas jornadas de presión social, para lograr cambios a favor de las mayorías.
El histórico Paro Nacional iniciado el 21 de noviembre pasado, que se prolonga hasta este 21 de enero, expresa el descontento de la población frente al Gobierno de Duque y Uribe, y cuestiona el modelo de muerte y saqueo capitalista, impuesto a sangre y fuego por la oligarquía criolla en contubernio con el imperialismo norteamericano, en ya 200 años de vida republicana, tutelada y dependiente.
En abierto desconocimiento a la justeza y masividad del movimiento, el Gobierno se hace el ciego y el sordo, a la vez que envía a la Policía militarizada del Esmad y al Ejército a reprimir la protesta, y enmanguala con los partidos tradicionales aprueba leyes cada vez más regresivas y antisociales.
El régimen autoritario y cada vez más débil de Duque y Uribe, atiza las contradicciones sociales por la vía violenta, multiplica las violaciones a los Derechos Humanos y se atornilla al poder en contravía del sentir y exigencias de las mayorías que piden cambios.
El pueblo colombiano está cansado de este régimen violento y seguirá en la lucha. Se ha puesto a tono con las gestas de otros pueblos latinoamericanos, y se hermana en la lucha contra los regímenes autoritarios y sus paquetazos neoliberales.
El pueblo levanta las banderas de la vida y la paz contra la violencia oligárquica que asesina líderes sociales, amenaza y desplaza. Se hacen indispensables la defensa de los Derechos Humanos y de las formas legítimas de Autoprotección de las comunidades y sus territorios. La lucha por la democracia y los derechos políticos están entre las urgencias del Paro Nacional.
La Unidad, con mayúsculas, es condición y garantía para avanzar y lograr los cambios. No es tiempo de sectarismos, ni discriminaciones; las mayorías nacionales exigen a sus dirigentes la altura necesaria para cualificar la movilización y enfrentar la violencia del Estado.
El Pliego se logrará hacer realidad, si la dirigencia social y política, en armonía con el pueblo, actúan como una sola fuerza en las calles, para pasar a un nuevo período de lucha, que abra los caminos de construcción de paz, soberanía y bienestar social. Cumplir este reto es ahora lo esencial.