El 30 de marzo de 2016, mientras el ELN firmaba un Acuerdo de Agenda de Conversaciones de Paz, en la costa del Pacífico, perdió la vida Omar Gómez, jefe guerrillero cuyo nombre hoy lleva el Frente de Guerra Occidental.
Omar Gómez, más conocido como Alejandro en el Ejército de Liberación Nacional, fue un atleta de alto rendimiento, artista destacado, biólogo de profesión, educador por vocación y un guerrero por decisión libre que se caracterizó por enseñar con el ejemplo.
A finales de la década de los 90 debido a la persecución del régimen, Alejandro se vio obligado a huir de Bucaramanga e incorporarse a la guerrilla rural, venía de estudiar biología en la Universidad Industrial de Santander (UIS); además de ser un artista plástico reconocido en la ciudad, por sus murales, acuarelas y pinturas corporales, que hacían mixtura entre la política y la realidad social.
Su familia originaria de la Mesa de los Santos, en medio de Bucaramanga y el Río Chicamocha había sido cuna de la etnia guerrera de Santander, Los Guanes, de quienes se sentía digno descendiente.
Llegado a la guerrilla rural tuvo una destacada participación en la gestación del Sistema Integral de Formación Eleno (SIFE), organizado por niveles y áreas de formación. Uno de sus componentes fundamentales, el llamado Manual de Preparación Física fue el primero que desarrolló y aplicó en las Escuelas de Oficiales y de Cuadros.
Su primer asentamiento guerrillero rural lo tuvo en la Serranía de los Barí (Motilones), en el límite nororiental con Venezuela; pero en el año 2000 le orientaron acudir a la Zona de Encuentro pactada con el Gobierno de Pastrana (1998-2002), en donde se desarrollaron varias rondas de Conversaciones de Paz; para llegar allí, Alejo junto a una Columna guerrillera salieron de la Cordillera Oriental, cruzaron el río Magdalena y llegaron a la parte final de la Cordillera Central conocida como Serranía de San Lucas.
En 2002 al clausurarse este fallido esfuerzo de paz, Alejo apuntó su brújula para el Oriente de Antioquia, a la llamada en ese entonces Área Industrial, estructura estratégica de los elenos que con varios Frentes y Compañías operaba en los alrededores de Medellín.
De ésta Marcha nace su nombre de Viajero, porque salió de San Pablo en el Sur de Bolívar, pasó por Segovia y Yolombó, cruzó la Autopista de Medellín a Puerto Berrío, siguió por los grandes embalses de Peñol y Guatapé, avanzó por el río Calderas hasta cruzar la Autopista entre Medellín y Bogotá, para terminar en el municipio de San Francisco.
En esta nueva sede, Alejo emprendió de nuevo la tarea de organizar Escuelas de Formación de varios niveles, para cuadros, militantes, oficiales y combatientes elenos de la zona y venidos de otros rincones del territorio nacional.
La Operación Marcial dirigida por el General Mario Montoya, inició en esta zona de Antioquia en enero de 2003, pero antes se había ensañado contra las comunas populares de Medellín bajo el nombre de Operación Orión.
En medio de esa Operación contrainsurgente, el Viajero inició una nueva Marcha que lo llevaría al centro del Departamento del Chocó, para lo cual debió pasar por Sonsón, Argelia y Nariño en Antioquia, adentrarse en el norte de Caldas por Aguadas, Pácora y Salamina, para cruzar el río Cauca por La Felisa y luego por un lado de Riosucio pasar hacia el Departamento de Risaralda, atravesando por Pueblo Rico la Cordillera Occidental, hasta llegar a las aguas que dan nacimiento a los grandes ríos chocoanos, el Atrato y el San Juan.
Como siempre, Alejo llegó al Frente de Guerra Occidental (FGOC) a desarrollar los Programas Formativos del SIFE, pero pasados varios meses se integró a la Dirección de esta estructura estratégica elena, desde donde impulsó actividades educativas y de consolidación del tejido social de las comunidades indígenas, afros y campesinas.
En medio de la húmeda selva chocoana desarrolló aún más su obra artística, no solo perfeccionó su estilo pictórico y logró que sus obras fueran una simbiosis colorida, que desde la mezcla entre cuerpo y naturaleza, vislumbraban la realidad social y política de esa huérfana región. A través del arte transformó la realidad de niños y adolescentes, que aprendieron a ver la vida de color a través de la alegría de la pintura.
Corrían las primeras horas del 30 de marzo de 2016 y como era costumbre todos los días Alejo dirigía el estudio a los combatientes, pero a las 6:30 la llovizna obligó a interrumpir la clase para recoger la ropa que estaba extendida en el Patio del Campamento, ubicado en los nacederos del río Virudó que desemboca en el Océano Pacífico al lado del Cabo Corrientes.
Alejo y otra compañera desarmados una vez salieron al patio, un estruendo interrumpió la calma del lugar, porque desde la montaña francotiradores del Ejército les dispararon; ella corrió y apareció ilesa al día siguiente, pero del Viajero apenas quedó un pequeño rastro de sangre que pronto se perdió en la selva.
Pocas horas después, en la cima de la montaña descendieron los helicópteros militares para evacuar a la tríada de francotiradores que realizaron este ataque, quienes se replegaron sin presentar combate.
La búsqueda de Alejo se prolongó por varios días sin que diera resultados positivos, hasta que el 8 de abril un Comunicado de la Infantería de Marina reportó la baja en combate del Comandante Alejandro del FGOC del ELN.
Desde ese momento sus familiares apoyados por la Cruz Roja Internacional (CICR) empezaron la investigación y búsqueda para recuperar el cadáver de Alejo; pero la Infantería de Marina siempre les respondió que desconocían su paradero.
No hay que olvidar que este mismo 30 de marzo en Caracas se estaba firmando el Acuerdo de Agenda de Conversaciones de Paz entre el Gobierno Nacional y el ELN, mientras a 1.300 kilómetros de allí sobre la costa Pacífica, el Comandante Alejandro ofrendaba su vida por la causa de los empobrecidos y excluidos de Colombia.