En Colombia la lucha por reivindicar la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) inició en 1975, desde ese momento se presentaron decenas de Proyectos de Ley para la despenalización del aborto que fueron archivados; 47 años después la Corte Constitucional despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación.
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y más de 7.000 mujeres quienes son víctimas del sistema y en últimas es él quien las ha llevado a la reclusión; al interior de los muros las mujeres además de las vicisitudes propias de las cárceles como el hacinamiento enfrentan agresiones y vejámenes por condiciones de género.
En las luchas que libra el pueblo colombiano tienen un lugar destacado las madres que hacen democracia en la lucha cotidiana y que acompañan a sus hijos en la resistencia a esta tiranía.
Las Mujeres lideresas son tejedoras de esperanzas, defensoras del territorio como bien común, del diálogo y la paz, las asesinan por ser la voz de los intereses populares.
En el Conflicto Interno colombiano el terrorismo de Estado golpea con mayor rigor a las mujeres, quienes enfrentan destierros, despojo y destrucción de su tejido comunitario, y endurecidas lideran proyectos de nueva sociedad.
En Colombia a 4 años de desmovilización de las FARC va en aumento la Guerra contra las comunidades opuestas a la megaminería, la erradicación violenta de las plantaciones de coca y especialmente contra los defensores de Derechos Humanos y líderes de los pueblos étnicos.
Las mujeres latinoamericanas y caribeñas emprenden luchas por los derechos de los pueblos, de la mujer, las diversidades sexuales, la madre tierra, la soberanía popular, por autonomía, Autogobierno y defensa de la cultura propia.
La movilización del 8 de marzo expresa la fortaleza de los movimientos de mujeres; a su vez la insurgencia sigue integrando los derechos de la mujer en su ideario y adecuando su actuar en consecuencia.
Desde 1911 se conmemora el 8 de marzo, 110 años después millones de mujeres subyugadas en todo el mundo concurren en luchas por la plena liberación, para derribar los muros del capital y las ataduras patriarcales.
Las cifras sobre el feminicidio y violencia de género son alarmantes, estamos ante una problemática estructural que además de amenazar la vida de un género en específico, tiene en jaque la construcción de una sociedad justa e igualitaria.