Las cifras sobre el feminicidio y violencia de género son alarmantes, estamos ante una problemática estructural que además de amenazar la vida de un género en específico, tiene en jaque la construcción de una sociedad justa e igualitaria.
Categoría: Voz Elena
Durante décadas Colombia ha sido azotada por un virus más caótico y letal que el Covid-19, la corrupción ha infectado a todas las esferas del poder y no es combatida porque en sí misma es la que alimenta y sostiene el régimen.
En Colombia en este 2021 y en los años inmediatamente siguientes tienden a darse luchas sociales y políticas de mayores dimensiones a las que se presentaron en los últimos 12 años, los que recordemos han marcado desde el 2008 un nuevo ascenso de la movilización social.
Durante décadas nos han dicho que la explotación de minerales trae desarrollo y progreso; sin embargo, sólo falta mirar las condiciones de vida de la comunidad Wayúu y de su territorio depredado para darse cuenta que es una falacia, porque los réditos son solo para unos pocos.
Entre los 17 fundadores de la Primera Marcha guerrillera del 4 de julio de 1964 se destacaba un hombre de cuerpo menudo, muy humilde, disciplinado, observador, sencillo y reservado, que escogió llamarse Leonardo como su nombre de guerra.
El asesinato sistemático de dirigentes populares y ex combatientes por medio de las Fuerzas Armadas (FFAA) y bandas narcoparamilitares apunta a “matar en la cuna” a todo el cuerpo social organizado que se oponga al régimen de dictadura mafiosa que rige en Colombia.
El terrorismo de Estado y el exterminio del contradictor político desde las altas esferas del poder en Colombia, está en los genes de las clases dominantes y es una de las características del régimen imperante.
Las redes denuncian corrupción en la compra de vacunas y que los Congresistas se vayan 4 meses de vacaciones, rechazan que Cuba sea etiquetada como terrorista y que el Presidente Barco (1986-1990) haya ordenado el Genocidio de la UP, además comentan el mensaje de Iván Márquez.
Trump se distingue por mentir, insultar y amenazar, tropelías que magnificaron las redes sociales y le permitieron ganar la Presidencia, pero ahora que a los súper poderes que rigen el planeta les resulta inconveniente este personaje lo censuran, ¿un ciudadano común qué puede esperar?
Las redes sociales tratan de frenar a los dictadores que agrandaron como a Trump, critican la codicia de Sarmiento Angulo con el cobro de peajes, rechazan el confinamiento como única medida contra el Covid-19, reseñan lo que Colombia necesita y recuerdan el legado de Simacota.
Las bandas mafiosas operan como brazo sicarial al servicio del terror de Estado, mientras su brazo legal a través de la Policía les otorga licencia para seguir dando trato de Guerra a la protesta social, por medio del nuevo Estatuto contra las movilizaciones.
El Covid-19 ha sido una catástrofe socioeconómica para la sociedad y en especial para los sectores oprimidos; sin embargo, ha sido rentable para los grandes empresarios y la plutocracia global, que en medio de la crisis siguen engrosando sus fortunas.