UN FEMINISMO INSURGENTE

UN FEMINISMO INSURGENTE

Violeta Arango

Las mujeres elenas enfrentamos el patriarcado y el machismo a través de formas de vivir colectivas que combaten ese sistema de opresión; no tenemos grandes desarrollos teóricos, no hemos escrito libros y hemos hablado poco sobre nuestra experiencia como mujeres insurgentes.

Entendemos el patriarcado como una estructura que ejerce violencia cotidiana sobre las mujeres, nos niega como sujetas, nos instrumentaliza y nos considera objetos; ese mismo que pretende ocultarnos y presentar nuestras luchas como secundarias, tratando de dejarnos atrás, para que nuestra fuerza se opaque y no se encamine hacia la transformación.

Como hijas del pueblo colombiano, consideramos que este ha configurado una hegemonía patriarcal, comprendida como la dominación mantenida mediante la cultura, que deriva en sujeciones políticas y económicas; por tanto, el patriarcado en nuestro contexto es una enraizada tradición machista que reprime profundamente a las mujeres; tradición reproducida por hombres, mujeres y en algunos casos por divergentes del sexo, poniendo siempre a los hombres en un lugar preponderante.

Desde niñas somos educadas para ser sumisas y nunca enfrentar la figura de poder que representa un hombre, así sea por encima de nosotras mismas, por ello hemos reproducido la guerra entre las mujeres para favorecer a los hombres. Algunas personas cuando deciden transitar en el género asumen esos lugares binarios que le corresponden al hombre o mujer dentro de esa sociedad patriarcal, por lo que terminan haciendo esa misma reproducción.

La violencia ejercida en contra de las mujeres está totalmente normalizada, en Colombia continuamos muy anclados a esa hegemonía que nos impide dar pasos para romperla. Hoy en día es en nuestro país normal que una niña de trece años ya sea mamá o esté prostituida, las niñas son forzadas a buscar un hombre para desposarse desde tempranas edades. Asimismo, dinámicas de acoso sexual y abuso no son consideradas graves, porque en últimas las mujeres o las niñas son culpables por “haber generado deseo en un hombre”.

A pesar de este contexto, muchas mujeres nos vinculamos a la lucha insurgente queriendo hacer algo diferente con nuestras vidas, en muchos casos sin mucha consciencia sobre lo que implica el patriarcado, pero en cada paso que damos haciendo consciencia que debemos romper con esas prácticas, que siguen reproduciendo machismos hegemónicos, esto desde el reconocernos como luchadoras y sujetas históricas.

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