LOS OLVIDADOS DE LA TIERRA
Damaris Izaguirre
La historia de nuestro país esta plagada de promesas incumplidas, de sueños aplazados y transformaciones gatopardistas; donde desgraciadamente los perjudicados son los que votan buscando el anhelado cambio.
Los medios de comunicación son un camaleón que aparenta ser imparcial, sin embargo, no son más que moles que informan por objetivos, es decir, la información que difunden va acorde a objetivos establecidos por los dueños de los medios y sus aliados, que en este país están en manos del viejo régimen que tergiversa, miente y engaña con tal de defender sus privilegios y sostener el statu quo.
Este Gobierno del cambio, aunque dice ser el espíritu de las transformaciones sociales y defender los interés de Los Nadie, la realidad indica que al igual que los anteriores, se especializa en los discursos con promesas para los pobres y los desposeídos; los pocos cambios que logra realizar, los publicita como grandes victorias no son más que ‘otra raya en el tigre’, giros de 360 grados que distraen a la población, pero que en términos socioeconómicos quedan en el mismo punto de partida.
Petro y sus seguidores antes de ser Gobierno eran incisivos al momento de criticar el derroche y la corrupción de los servidores públicos; sin embargo, hoy que son Gobierno tratan de relativizar los gastos ostentosos e innecesarios, ahora disfrazan su complacencia con el viejo régimen bajo el sofisma que la derecha no los deja gobernar, un poco sarcástico e ilógico si se tiene en cuenta que al comienzo del mandato justificaron rodearse de la política corrupta y demagógica de siempre, con la fabula de lograr una colaboración que les permitiera gobernar, ¿cuál de las dos versiones es la real?
El Gobierno del cambio tras nueve meses de ejercer parece sufrir de Alzheimer, rápidamente olvidó sus promesas, condenó al olvido al pueblo que dijo representar y defender; el simbolismo de la Espada del Libertador Simón Bolívar exhibida en la posesión presidencial, tristemente se va convirtiendo en un abridor de sobres. Señor presidente, los colombianos nos cansamos de ser solo importantes en época electoral, abrimos los ojos en el Estallido Social y como decía el padre Camilo: estamos dispuestos a jugarnos la vida, con tal de que la próxima generación no sea de esclavos.