DEUDA EXTERNA SIN TECHO AMENAZA LA ECONOMÍA
Chavela Villamil
Las políticas económicas impuestas por el viejo régimen han sido deficitarias para el Estado y benéficas para la empresa privada; lo que obliga a nuestra economía a depender de empréstitos extranjeros, algo mortífero para los intereses nacionales.
El sistema económico durante décadas ha hipermonopolizado la concentración de riqueza en un reducido sector oligopólico y en unos pocos países, generando una desigualdad creciente que en sí misma es la esencia que sostiene el capitalismo y su formato neoliberal. Desde luego esta brecha socioeconómica ha suscitado la desaceleración de las economías en especial de las que son dependientes del capital extranjero, llevándolas constantemente a sobregirar Déficit en Cuenta Corriente (Deuda Externa -DE-).
Fenómenos macroeconómicos generados por la Guerra en Ucrania, la pandemia de Covid y el colapso de las cadenas de suministro, entre otros, han incrementado la desaceleración económica que se había gestado durante décadas, lo cual ha disparado los índices de inflación global y generado una alarma mundial por la posibilidad de que muchas economías -dentro de esas la nuestra-, entren en un periodo de estanflación; todo esto ha elevado la Tasa Representativa del Mercado (TRM) del valor del Dólar y generando incrementos históricos en la DE global, que afectan con mayor fuerza economías dependientes como la colombiana.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) sostiene que el Déficit de Cuenta Corriente global el año anterior se incrementó en 56 billones de dólares, llegando a un récord histórico de 326 billones de Dólares, lo que supera ostensiblemente el Producto Interno Bruto (PIB) mundial que durante el mismo periodo fue de 104,75 billones de dólares [1].
Por reventar, la subida de la DE
Recientemente el Banco de la República actualizó la cifra de la DE, para noviembre del año anterior este pasivo asciende a 180.333 millones de dólares, 2.000 millones más alta que en el mes anterior del mismo año, un incremento de 1,25 por ciento llevando a que esta represente el 52,8 por ciento del PIB [2]. Esto lleva a que el Banco Central pronostique una Recesión Técnica para el último trimestre de este año.
El sostenido incremento del DE que nos lleva a destinar al pago de este pasivo 5.280 pesos de cada 10.000 que produce el país, está llevando a máximos históricos el margen de endeudamiento que según la Regla Fiscal de Mediano Plazo es de 72,3 por ciento y actualmente a asciende 70,85 por ciento, dejando un ínfimo margen de endeudamiento de 1,45 por ciento, lo que deja el erario en rojo y con un alto riesgo de recesión económica.
En el contexto actual el Gobierno está obligado en primera medida a decretar un periodo de austeridad estatal que suprima gastos onerosos e incensarios y disminuir el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de DE); además es inaplazable romper la lógica antifinanciera de priorizar y aumentar anualmente el pago de una DE, a la que solo se logra amortizar los intereses pero no se cubre la deuda de capital; por ende, lo financieramente aceptable sería renegociar el pago y de esta manera aliviar la carga de este sobre el PIB, así se podría mejorar el desarrollo productivo y la capacidad de pago; en un escenario menos favorable se debería optar por congelar el presupuesto destinado a este pasivo o reducir el monto destinado al pago del mismo.
Es urgente cambiar la correlación del Gasto Corriente
Cualquier política económica o financiera que busque dinamizar la economía y evitar una Recesión Técnica es inocua sino se disminuye el Gasto Corriente, y se le resta representación al pago de DE en el Presupuesto General de la Nación; además resulta necesario un cambio de fondo en el modelo económico, debe buscar el fortalecimiento y desarrollo integral de la producción nacional y equilibrar la balanza comercial, disminuyendo la importación de materias primas y productos con valor agregado.
La solidez financiera que requiere el país solo se puede lograr con una política de formalización del empleo y el incremento de las plazas laborales, permitiendo que se mejore el poder adquisitivo per cápita lo cual incrementaría el flujo de capital circulante generando un superávit por demanda.
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[1] La deuda global se desborda y supera los 300 billones de dólares. Forbes, 06-02-2023.
[2] Deuda externa colombiana aumentó 1,25% y llegó a US$180.333 millones. Valora Analitik, 08-02-2023.