CESE EL FUEGO EN LAS CÁRCELES

Darío, Prisionero político, cárcel de Palogordo, Girón, Santander

Según el Ministro de Justicia y el Director General del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) su objetivo es humanizar las cárceles, está por verse si tal propósito lo realizan o se queda en solo palabras.

Contrario a sus anuncios, han aumentado los atropellos con operativos brutales al interior de las cárceles, dañando nuestras pertenencias, buscando cosas que los mismos carceleros ingresan a cambio de gruesas sumas de dinero; como castigo han desarraigado a las personas privadas de la libertad separándolas de sus seres queridos con traslados a sitios apartados; nuestras familias siguen sometidas a todo tipo de humillaciones, la entrada para las visitas es un negocio compartido entre funcionarios del Inpec y cómplices que venden los cupos en las filas de ingreso.

Los guardianes, funcionarios y Directores se blindan en un gran número de sindicatos para proteger sus prácticas de corrupción, como el tráfico de drogas y el ingreso de todo tipo de elementos no permitidos, con lo que empujan a la población reclusa al vicio y criminalidad; en cambio el Inpec-Uspec se oponen a que se legalicen elementos esenciales  cómo teléfonos, medicamentos y alimentos, porque se acabarían las ganancias que les dejan estos tráficos. No se pueden humanizar las cárceles sosteniendo la “venta” de los patios a mafiosos y jefes de bandas, que continúan delinquiendo desde allí.

Con la llegada del nuevo gobierno, hemos visto florecer todo tipo de organizaciones, personas, políticos, instituciones y propuestas en torno a la crisis carcelaria, pasamos de ser el despojo humano del que nadie quiere saber y nos volvimos “importantes”; hay que recordar que las contrataciones por los servicios carcelarios son jugosas.

Vimos instalarse una Mesa de Paz en la cárcel La Tramacúa de Valledupar. ¿con qué criterio se creó?, ¿qué objetivos tiene?, ¿es un prototipo que se extenderá a otras cárceles?, ¿contribuirán al mejoramiento de la situación de toda la población carcelaria?, ¿van a mezclar procesos diferentes como el Proceso de paz y el sometimiento a la justicia?; en este nuevo escenario de propuestas e intereses, surgen en la población privada de la libertad iniciativas, creatividad y deseos de participación real, en función de transformaciones de fondo.

Las luchas carcelarias por la dignificación de la vida de las personas privadas de la libertad y la reclamación en defensa de sus derechos humanos, es liderada por el Movimiento Nacional Carcelario (MNC), una de sus propuestas es el establecimiento de una Mesa Nacional y Mesas Regionales en las cárceles, para dialogar con las diferentes instituciones y autoridades, con los legítimos delegados de la población reclusa, sobre la crisis carcelaria y sus soluciones.

La instalación de estas Mesas y escenarios de dialogo al interior de las cárceles, se deben direccionar a quienes viven de verdad la tortura de la prisión y no burlen sus expectativas de un mínimo de dignidad. Es el momento que se permita que las personas privadas de la libertad, organizadas, con voz propia y sus legítimos delegados y delegadas sean parte activa del cambio del inhumano sistema carcelario. Es hora de un verdadero Cese el Fuego al interior de las cárceles, no más tratos crueles e indignantes, no más hambre en las cárceles y menos presos enviados al Carrusel de la muerte.

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