LA “NUEVA” REFORMA: OTRA TRAMPA TRIBUTARIA

Chavela Villamil

Durante décadas el modelo económico ha favorecido fiscal y tributariamente a las mega empresas, mientras asfixia económicamente a los ciudadanos vía impuestos y enajena bienes públicos; este esquema piramidal ha generado una crisis socioeconómica de la que solo es posible salir si hay cambios estructurales.

El problema de la economía colombiana no es financiero sino económico, los impuestos recaudados cubren medianamente la balanza de gastos, el principal problema es que lo recaudado se destina al gasto corriente (burocracia, guerra e intereses de la deuda) y gastamos más de lo que producimos, ¿esta Reforma Tributaria realmente disminuirá los gastos estatales como lo aseguró el Ministro de Hacienda?

Un asalto disfrazado de inversión social

Recientemente el Ministerio de Hacienda radicó el Proyecto de “Ley de Inversión Social” –cuarta Reforma Tributaria de Duque-, tras el paso por el Congreso la propuesta recibió una adición de 25 artículos, 5 fueron eliminados y 15 modificados [1].

Llama la atención que en un contexto socioeconómico colapsado, con un déficit fiscal de 95,7 billones de Pesos, lo que representa el 8,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y una Deuda Externa (DE) de 157.152 millones de Dólares, 52 por ciento del PIB, el Gobierno presentara una Reforma Tributaria por un monto inferior a la depuesta Reforma, pero los últimos movimientos financieros despejan la ecuación y dan claridad del por qué esta Reforma por vía tributaria y fiscal solo va  a recaudar 16,36 billones de Pesos.

La nueva Reforma Tributaria en términos concretos recaudará 58,75 billones de Pesos, de los cuales 16,36 billones serán recaudados a través de la “Ley de Inversión Social”, compuesta por cuatro componentes: 1) Plan de Austeridad de 1,9 billones, 2) la lucha contra la evasión fiscal por 2,7 billones, 3) Impuesto de Renta Corporativa por 6,7 billones, 4) disminución en 50 por ciento del Impuesto de Industria y Comercio (ICA) por 3,9 billones; además de 2 tributos transitorios que serían la sobretasa de renta del sector financiero por 0,39 billones y la normalización tributaria por 0,76 billones [2].

Incrementan desigualdad social

El artículo 7 de la “Ley de Inversión Social” modifica el impuesto a la renta de las personas jurídicas, incrementándolo y estandarizándolo en 35 por ciento, esta modificación que aparentemente es positiva en realidad es inequitativa y lesiva para las Pymes que son las principales aportantes del PIB y generadoras de empleo; las Pymes ya no tendrán un impuesto menor que las grandes empresas sino que todas tendrán que pagar por igual, esto incrementa considerablemente la crisis que sufren las Pymes por cuenta del Covid-19 y la falta de apoyo del Gobierno, además la sociedad será impactada ya que este cambio traerá disminución de plazas laborales y un incremento del costo de vida.

El otro gran desacierto es recurrir a la enajenación de activos redituables, a corto plazo ingresa un gran flujo de capital pero a largo plazo las utilidades son superiores al monto recibido por la venta; no es macroeconómicamente rentable entregar activos estratégicos para destinar los recursos al gasto corriente.

La principal falencia de esta Reforma como sus antecesoras es que no es estructural y no toca los ingresos y patrimonios de los mega empresarios, está Reforma no tiene el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los colombianos, es una propuesta cosmética que continúa beneficiando los intereses del gran capital.

No sirven las Reformas cosméticas

La crisis económica del país es consecuencia del modelo y no de la captación de recursos, de nada sirve triplicar la captación de recursos si continuamos dando prelación al gasto corriente, en especial sostener el pago de un pasivo que consume el 52 por ciento de lo que produce el país, como es el caso de la Deuda Externa. 

Salir de esta crisis y prevenir las siguientes implica reformas estructurales al fisco y al sistema productivo, además requiere el fortalecimiento de los activos y no su enajenación; el sistema actual no genera ni inclusión social ni mucho menos crecimiento ni productividad; las Reformas que requiere el país no deben ser marginales ni puntuales, sino de fondo y sus resultados solo se verán en el largo plazo, y deben tener como eje el fortalecimiento de la producción nacional y aumentar el poder adquisitivo per cápita.