SOLANO, UNO DE LOS FUNDADORES (II)

SOLANO, UNO DE LOS FUNDADORES (II)

Nicolás Rodríguez Bautista, Primer Comandante del ELN

El asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán en 1948 le sacudió el alma a este niño de 15 años, que no había podido ir a la escuela porque debió hacerse cargo de su madre y hermana enfermas, cuando apenas contaba con 12 años.

Sus vecinos de alguna vereda de San Vicente de Chucurí, Santander, lo admiraban por su espíritu solidario y la consagración para que su madre y hermana tuvieran lo necesario para subsistir, en el desvencijado rancho que poseían como hogar materno.

Sus recuerdos nunca lograron descifrar quién fue su padre y solo tuvo una imagen paterna por lo que le decía su madre, la que asimiló sin poder sentir afecto por él.

Todo su entorno lo arropaba un manto de pobreza y violencia, por eso no definía su futuro ni su destino, al igual que los demás pobres que eran sus amigos y vecinos; solamente varios años después entendería el sentido de la vida, cuando se hizo un liberal revolucionario seguidor de Gaitán.

La madre le enseñó a escribir su nombre: Luis José Solano Sepúlveda, cuando ella murió y su hermana pudo defenderse por sí sola, Luis José salió de aquella vereda chucureña para sobrevivir y enfrentarse a un mundo desconocido, agresivo y peligroso.

Alzado en armas

Un amigo lo llevó para la vecina Vereda de Puente Murcia en donde en un año aprendió los oficios de la producción de panela, trabajando 16 horas al día, oficio en que su amigo fue su maestro, además de entusiasmarlo para asociarse a trabajar un corte de caña y producir panela de su propiedad; pero sus aspiraciones se truncaron en 1959 porque la finca donde trabajaba quedó en medio del fuego cruzado entre una guerrilla liberal que reivindicaba a Gaitán y los paramilitares derechistas de ese entonces llamados Pájaros Chulavitas.

Para entonces ya sabía que Gaitán había sido un hombre bueno, que quería que el mundo fuera justo, que los liberales y conservadores humildes debían unirse, que los malos eran los que estaban en el poder llamados oligarcas y que Colombia vivía una violencia desbordada en medio de la cual era necesario defenderse.

Su amigo lo aconsejó refugiarse para defender la vida, ambos se trasladaron para el Cerro de La Magdalena, a 4 horas a pie de Puente Murcia; una tarde de junio apenas acabando de llegar, un guerrillero liberal abordó a su amigo y le interrogó por quién era Luis José, ese día su vida se partió en dos, porque unas semanas después el jefe guerrillero Rafael Rangel Gómez lo hizo su estafeta personal, cargo en el que recorrió diversas zonas de Santander, unas veces a pie y otras a caballo, para llevar correspondencia entre este insurrecto jefe liberal y sus subordinados.

Contaba con 19 años cuando Rangel le colocó el apodo de Tira Pavas, por su condición de excelente franco tirador.

Leal, sencillo, trabajador, valiente y de una malicia e intuición muy desarrolladas, Tira Pavas no quiso entregar las armas cuando la desmovilización guerrillera que organizó el General Rojas, el dictador que mandó en el país entre 1953 y 1957, él prefirió refugiarse en los numerosos pliegues de la Serranía de los Yariguíes, donde sobrevivió con disciplina en tres veredas contiguas gracias a su muy buena relación con los campesinos, así logró protegerse de la matanza que sobrevino para los guerrilleros luego de la amnistía de 1953.

El propio jefe Rafael Rangel Gómez murió en un vulgar asesinato perpetrado por la dictadura, cuando este se encontraba en su lecho de enfermo.

La oligarquía derrocó al dictador cuando este se les convirtió en un estorbo, para reemplazarlo acordaron turnar en el Gobierno a los dos Partidos tradicionales, pacto oligárquico que denominaron Frente Nacional, con el que eliminaron la posibilidad que una fuerza de izquierda los sacara del poder; así desaparecieron definitivamente la esperanza de la que había hablado Gaitán, de acceder a una vida de justicia para los pobres por la vía de un Gobierno democrático.

Líder comunitario

En 1957 Luis José salió de sus escondites y regresó al Cerro de La Magdalena, donde años atrás se había hecho estafeta guerrillero, allí encontró a la mujer de su vida, vivió sus amores e ilusiones, con ella tuvo tres hijos; ambos querían tener un pedazo de tierra propio para criar su familia.

En 1958 partió con tres amigos para la vereda Río Fuego en el vecino municipio de Barrancabermeja, zona de colonización donde demarcó un pedazo de tierra de 25 hectáreas de selva, donde a punta de hacha y machete hizo una abertura en la montaña, en la que levantó un rancho, sembró dos hectáreas de pancoger (maíz, yuca, plátano y arroz), y en dos más sembró pasto; otras 10 familias lo acompañaron en este emprendimiento.

Su vecino de más confianza era Pedro Pablo Rodríguez, un mulato alto y fornido de pelo apretado, que contrastaba físicamente con Luis José que era de baja estatura, delgado y de apariencia frágil, pero tan flexible y ágil que podía compararse con una ardilla.

Mientras los dos derribaban selva y cultivaban en extenuantes jornadas, un niño de 15 años, Abelino Bautista les preparaba la comida; la carne y el pescado los conseguía Luis José en las noches, porque la caza y la pesca eran pródigas, él conservaba intacto el rifle Remington calibre 22 que le había dotado Rafael Rangel Gómez, con el que ganó la destreza que lo hizo merecedor del título de Tira Pavas. 

Los ecos políticos del país él los recibía a través de un radio transistor, las malas noticias lo estremecían porque casi a diario presentaban los asesinatos que protagonizaba el Ejército y la Policía, contra ex guerrilleros liberales desmovilizados y de los que para resguardarse se habían alzado de nuevo en armas; por esto no salía al caserío de Yarima y los víveres los mandaba a comprar con los vecinos.

Las noticias también anunciaban que en Cuba los guerrilleros de la Sierra Maestra habían derrotado la dictadura de Fulgencio Batista y tomado el poder por las armas, al tiempo que las guerrillas vietnamitas infringían severas derrotas a los invasores gringos, todo ello le hacía intuir que en Colombia florecerían de nuevo las guerrillas para continuar la lucha, porque no podían perderse las esperanzas de un país mejor para los de abajo.

Las luchas de los trabajadores petroleros en Barrancabermeja pronto le exigieron sacar a flote sus cualidades de dirigente agrario; las empresas petroleras norteamericanas buscaban petróleo como las abejas persiguen la miel y la región de Río Fuego era de prioridad para la exploración. Luis José se reunió con otros dirigentes agrarios para organizar la defensa de su territorio amenazado por la voracidad extranjera.

En 1963 la huelga petrolera liderada por la Unión Sindical Obrera recibió el respaldo de los campesinos, así mismo dentro del pliego de los obreros estaba incluida la defensa de los derechos de los campesinos, como el respeto de sus propiedades independientemente de si estaban tituladas o reconocidas por el Estado.

Los soldados desplegados en la zona estaban dispuestos a matar a quienes impidieran el avance de la perforación petrolera, para ello sitiaron la vereda de Río Fuego con lo que la parcela de Luis José quedó en el centro del conflicto, porque hasta allí llegaba una carretera y las máquinas operadoras estaban programadas para no detenerse ahí.

Mientras este conflicto se tensaba, en el vecino municipio de San Vicente de Chucurí un grupo de jóvenes campesinos orientados por Fabio Vásquez Castaño, realizaban las primeras exploraciones  en el Cerro de los Andes, para asentar allí el primer grupo guerrillero que daría origen al ELN.

Por los días de mayor conflicto en Río Fuego, los campesinos del Cerro de los Andes pusieron a Luis José Solano Sepúlveda en contacto con quienes pronto serían los fundadores del ELN; entonces regresó a su casa, se despidió de su compañera e hijos, de los vecinos más cercanos y sin decirle a nadie cargó una mula con 50 litros de gasolina y acompañado de la oscuridad de una noche de marzo de 1964, prendió fuego a las máquinas de perforación petrolera y a los camiones que la petrolera intrusa tenía en los predios de su parcela, luego se internó en la región para convertirse el 4 de julio de este mismo año en uno de los integrantes de la Primera Marcha guerrillera con la que fundaron al ELN.

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