‘SIN NOVEDAD’
Damaris Izaguirre
Este Gobierno progresista tomó como bandera la paz, pero solo como pacificación para desarmar a la guerrilla; su política está alineada con el viejo régimen, por esto continua la estigmatización del movimiento popular, así, ¿es posible hablar de paz?
El electo Gobierno progresista durante la campaña nos ‘vendió humo’ al momento de hablar sobre deponer la Doctrina de Seguridad y de un verdadero Proceso de Paz; esto Gobierno al igual que sus antecesores replican la política de guerra y pacificación que impone el Tío Sam, donde la paz se reduce a la eliminación de un enemigo, sea por la vía armada o vía Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR), pero jamás contempla la transformación estructural de las condiciones socioeconómicas que dan origen al conflicto armado, que la convierte en rotundo fracaso.
En estos dos años de mandato, este Gobierno ha replicado al pie de la letra los designios e imposiciones del Tío Sam, por esta razón no solo sostiene, sino que perfecciona la Doctrina de Seguridad, que cataloga a todo aquel que proteste contra el régimen o tome posiciones autónomas en defensa de la paz y tranquilidad de su comunidad, como un terrorista; estigmatización que coloca a todos en un mismo racero.
Tras la retención de casi un centenar de soldados a manos de una Guardia Campesina y a través de un cerco humanitario; el Ministro del Interior Juan Fernando Cristo afirmó que , “el secuestro de los soldados en San José del Guaviare es una violación al cese bilateral del fuego por parte del bloque Suarez Briceño”, algo similar dijo el Ministro de Defensa Iván Velásquez, “la continuidad del secuestro de los soldados en San José del Guaviare, obligará a replantear el cese al fuego con el bloque Suárez Briceño”; por donde se le mire estamos ante un ‘lobo con piel de oveja’, un gobierno que dice ser el cambio y en favor de las mayorías, pero replica los métodos y la Doctrina contrainsurgente del régimen, al estigmatizar una Guardia Campesina y hacerla ver como un grupo disidente de las Exfarc.
Sin duda es imposible desarrollar un proceso de solución política sin cambiar la Doctrina de Seguridad y esto no ocurrirá mientras el Gobierno continúe subordinado al Tío Sam, y sea el imperio del norte quien marque el método y el rumbo del proceso de pacificación y la aplicación de la fracasada guerra antidrogas gestada por Nixon y aplicadas en nuestro país durante medio siglo.
La historia ha demostrado con hechos, entre ellos el genocidio continuado de líderes populares, que el modelo impuesto por el Tío Sam, donde la paz se reduce al silenciamiento de los fusiles y el DDR, al tiempo que cataloga al contradictor político como objetivo militar, solo beneficia a los intereses del régimen y de los EEUU, pero jamás traerá paz y desarrollo a nuestro país. Un verdadero Proceso de Paz no debe tener como único fin el silenciamiento de los fusiles, su objetivo central no debe ser otro que atacar las causas socioeconómicas y políticas que gestan el Conflicto Armado, en otras palabras, desarrollar los cambios estructurales y de fondo que generen una sociedad más equitativa y que extinga la pobreza.
Tienen razón en decir que en Colombia solo hay desarrollado procesos de pacificación
El amor con hambre no dura y la paz sin transformaciones sociales tampoco dura
La paz siempre ha sido un anhelo nacional que utilizan los políticos para ganar votos
Para acabar con la pobreza hay que acabar con la guerra
Los medios de comunicación incitan a la guerra