GUERRA MEDIÁTICA, ¿HASTA CUÁNDO?

Himelda Ascanio

Las grandes empresas de comunicación no han descansado en su descarga diaria de falsedades y manipulación, desde que varios sectores sociales manifestaron su decisión de movilizarse en defensa del mandato por los cambios, en contra del aplazamiento en la elección de Fiscal y en general, en demostración de respuesta ante un posible golpe de Estado legal (Lawfare); según estas vocerías del viejo régimen, el pueblo no tiene derecho a reclamar y demostrar su inconformidad, cuando no solo lo tiene, sino que debe ejercer su legitima expresión y por las vías que considere necesario. 

Un aspecto que merecería una gran convocatoria es el de la información y el manejo de los medios de comunicación; está claro que las grandes cadenas de radio y televisión, al igual que los periódicos nacionales y locales, son parte de los emporios financieros y son estos quienes marcan sus líneas editoriales; pero la comunicación y la información son derechos del pueblo. La veracidad y el rigor no deberían perderse y en Colombia los grandes medios lo perdieron hace rato; es descarada la manera en que mienten sin ninguna vergüenza, califican, estigmatizan, aplican toda la cartilla de la posverdad para inocular odio, temor y desconfianza, en fin, para manipular y generar opinión por vía de la saturación.  

Con las recientes movilizaciones en las que la gente salió a rechazar el nombramiento amañado de una nueva Fiscal General, varios manipuladores de la comunicación intentaron generar un ambiente de conflicto, llamando prácticamente a una guerra civil y hablando de supuestas retenciones a magistrados de la Corte, esta que desconoce la expresión popular y se pasa por la faja la justicia misma. Por fortuna, hoy la comunicación es multimedial y existen muchas maneras de desmentir a estos mal llamados periodistas. La propia producción multimedia y el acceso a redes y espacios virtuales ayudan a que la verdad no sea totalmente acallada. 

Cabe recordar que en estas apuestas de desestabilización y guerras modernas, el papel de los medios de comunicación es central. Los llamados golpes de Estado blandos inician justamente por la irrigación constante de información tendenciosamente manipulada, para generar reacciones en la audiencia. Aprovecharse de la baja cultura política para incendiar las mentes con odios viscerales. Encumbrar personajes, opinadores falaces para que poseen de portadores de las soluciones; en Colombia ocurren ya todas estas condiciones. 

El llamado que hizo Petro a la movilización dispara las alarmas en todas las instancias del país, pues no es irreal que el viejo régimen hará todo lo posible por retornar al Gobierno y echar a la basura los anhelos de cambio, que el pueblo peleó en las calles y en las urnas. Se equivoca la derecha mafiosa si cree que la demostración de indignación y malestar vivida en el Estallido Social de 2021 fue solo un caso aislado; se hecho, esa manifestación tuvo como continuidad la elección del actual Gobierno, lo cual quiere decir que su contenido político y visión de luchar por cambios, es continua. Ahora bien, la defensa de este mandato por los cambios debe darse en la calle con la gente y debe empezar a identificar plenamente las amenazas, que operan continuamente en su contra. La manipulación mediática y la mentira informativa también deben acabarse.

Eywar Yamid Moran, lideraba la Guardia Indígena del Resguardo de Pueblo Nuevo de Caldono, Cauca; fue asesinado el 10 de febrero de 2024en Santander de Quilichao, Cauca. 

Jaime Ernesto Páez Devia, era un reconocido líder cafetero y comunitario de la vereda Buenavista en el municipio de Rioblanco al sur del departamento del Tolima; fue asesinado el 11 de febrero en Rioblanco, Tolima. 

El 13 de febrero de 2024 en Anserma Nuevo, Valle del Cauca; en el interior de un establecimiento público, perpetraron una masacre que dejo tres víctimas fatales. 

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